¿Sabías que todos los bebés son musicales? Desde que los bebés se encuentran en gestación, y su oído se desarrolla, pueden escuchar lo que sucede en el mundo exterior, escuchan la voz de su mamá, de su papá y la música que ellos escuchan.

Las voces y sonidos que escuchan durante los últimos meses en el útero, generalmente los recuerdan, y es por esto que la voz de mamá (y la de papá) son sus sonidos favoritos.

La música va naturalmente implícita en la relación que hay entre mamá (incluso cualquier otro adulto), y recién nacido. Es natural quererlos arrullar a un ritmo, mecerlos de un lado a otro, cantarles una canción o incluso hablarles con una voz más aguda y musical. Así que seamos músicos o no, la música es parte de nuestra vida desde que nacemos, y tu bebé ama que hagas música con él y para él.

En nuestra cultura no acostumbramos a hacer música diariamente, por lo general los niños toman una clasecita ya que entran al kínder y si hay interés, más tarde, intentan con clase de algún instrumento alrededor de los 6 años.

Lo que casi nadie sabe, es que las habilidades básicas musicales (ritmo y tono), se desarrollan más fácilmente antes de los 5 años, y no hay edad mínima para comenzar. Incluso hay niños de 1 año que ya logran seguir un ritmo correctamente con sus manos y muchos bebés logran entonar sus balbuceos al tono correcto de la canción. Así que ¿por qué nos esperamos tanto?

Los niños aprenden música con la misma naturalidad que aprenden a hablar o a caminar, ya que es una habilidad básica humana. Cuando los padres o cuidadores hacen música constantemente con los pequeños, entonces se convierte en una parte más de su día a día. Y es una excelente manera de divertirse en casa sin necesidad de ver la televisión o estar frente a una pantalla por horas. Además de que promueve la imaginación y creatividad de los pequeños.

Y el hacer música no es solamente algo divertido, sino que es una de las pocas actividades que comprometen ambos hemisferios del cerebro al practicarla. Se estimulan áreas del cerebro encargadas del lenguaje, se fortalece el córtex cerebral, promoviendo una mejor atención y memoria, se mejoran las habilidades de escucha y motoras, nos hace sentir relajados y contentos. Además, si hacen música en familia o con otros niños, se crean lazos más fuertes promoviendo habilidades sociales y fortaleciendo el sentido de comunidad.

Hacer música en casa suena sencillo, pero ¿realmente nos damos el tiempo de hacerlo o sabemos cómo hacerlo? Existen algunos programas de inmersión a la música que enseñan a los padres cómo llevar la música a casa. Para mí el mejor ejemplo es Music Together, un programa que lleva más de 30 años ofreciendo clases para familias alrededor del mundo, y cuya finalidad principal es la de llevar la música a la vida de tantos niños sean posibles. Music Together no solo ofrece divertidas clases, sino que hay toda una serie de investigaciones detrás de tocar shakers, tambores y maracas. Los maestros son músicos y reciben una excelente capacitación haciéndolos expertos en el campo de la música y los niños.

Music Together ofrece clases de estimulación musical para bebés de 0 a 7 meses, y clases mixtas para niños de 8 meses a 5 años, todos siempre acompañados de mamá, papá o ambos (a los abuelitos también les encanta tomar las clases).

En México aún no existen suficientes programas que ofrezcan este tipo de clases, pero sí existen varias opciones y si en tu ciudad encuentras una clase similar, vale la pena comenzar a llevar a tu familia por el camino de la música.

Así que recuerda, no importa si tú cantas entonado, si te sabes la letra de la canción o incluso si no puedes llevar un ritmo correcto, no importa. El simple hecho de disfrutar hacer música con tus hijos, inventar canciones, bailar y tocar instrumentos (o cazuelas o tuppers en caso de no tener otra opción), es más que suficiente para que tus hijos amen para siempre hacer música contigo y el mejor momento para empezar, es en cuanto antes.

María Laura Guerrero Brizuela.
Directora de Music Together Estimulación Musical, en Guadalajara.